lunes, 23 de diciembre de 2013

La Pequeña Vendedora De Fósforos (O Cerillas!)

La vendedora de fósforos

de Hans Christian Andersen

¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.

Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!

Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.

Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".

Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.

-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!

Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.

Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.

-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.

Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.

viernes, 13 de diciembre de 2013

King Crimson - 21st Century Schizoid Man


21st Century Schizoid Man es una canción del grupo de rock progresivo King Crimson, incluida en su álbum debut "In the Court of the Crimson King", de 1969.
El tema, el cual mezcla el hard rock, con sonoridades cercanas al jazz, sobre una estructura de rock progresivo, es la pieza que abre el primer álbum de King Crimson. La letra, escrita por Peter Sinfield, hace referencia a la Guerra de Vietnam, tema de candente actualidad a fines de los años 60, mientras que la música fue firmada por la banda (Robert Fripp, Greg Lake, Ian McDonald, Michael Giles); Fripp declaró que la canción está dedicada al político americano Spiro Agnew, un republicano contemporáneo a Richard Nixon.
La canción es notable por la voz saturada de Lake, su mecánico ritmo, y el ruidoso contrapunto entre el saxo de Ian McDonald y la guitarra de Robert Fripp, con un sonido muy pesado y distorsionado para la época, convirtiéndose en un temprano clásico de la banda, el cual fue versionado por diversos artistas a lo largo de los años.

 King Crimson - 21st Century Schizoid Man


21st Century Schizoid Man
(Ian Mcdonald, Greg Lake, Michael Rex Giles, Peter John Sinfield, Robert Fripp)

Cat's foot iron claw
Neuro-surgeons scream for more
At paranoia's poison door.
Twenty first century schizoid man.

Blood rack barbed wire
Polititians' funeral pyre
Innocents raped with napalm fire
Twenty first century schizoid man

Twenty first century
Twenty first century
Twenty first century
Twenty first century schizoid man

Death seed blind man's greed
Poets' starving children bleed
Nothing he's got he really needs
Twenty first century schizoid man.

Twenty first century
Twenty first century schizoid man
Twenty first century schizoid man

Welcome to the twenty first century


La Banda:
Robert Fripp - guitarras
Ian McDonald - saxo
Greg Lake - bajo, voz
Michael Giles - batería
Peter Sinfield - letra


Ozzy Osbourne - 21st Century Schizoid Man

domingo, 1 de diciembre de 2013

Venus


Shocking Blue fue una banda holandesa de rock, formada en 1967. Fundada por Robbie van Leeuwen, Ferd de Wilde, Klassje van der Wal y Cornelious van der Beek, después Fred de Wilde sería reemplazado por la cantante Mariska Veres, la cual fue comparada con Grace Slick (Jefferson Airplane), por su potente voz. El grupo se disolvió en 1974.
Fue en 1969 cuando el pegadizo sencillo "Venus" , compuesto por Robbie van Leeuwen y cantado por Mariska Veres, los elevó a la fama alrededor del mundo alcanzando el #1 de Billboard Hot 100 en EEUU durante tres semanas, siendo el primer sencillo holandés en hacerlo.
Las ventas mundiales superaron las cinco millones de copias.

Shocking Blue - Venus

En  1986 ,  el trío de chicas Bananarama  lanzan una versión dance aggiornada de "Venus" en su álbum "True Confessions".La producción corrió por cuenta del "team" de productores Stock Aitken Waterman, que poco después lanzarían a artistas como Rick Astley.

Bananarama - Venus